sábado, 14 de abril de 2012

Odilon Redon, una puerta abierta a los sueños... y a las pesadillas

Odilon Redon, Retrato del artista, 1867

   Odilon Redon (Burdeos, 1840-París, 1916) manifestó pronto su talento para el dibujo y tuvo como primer maestro en 1855 a Stanislas Gorin, quien había sido alumno del romántico Isabey y quien dejó en el joven un poso clásico que se puede rastrear a lo largo de toda su obra. A través de las exposiciones de la Société des Amis des Arts conoció las obras de realistas como Millet, los paisajes de Corot y al simbolista Gustave Moreau. Pero fue Delacroix quien logró capturar toda su admiración.
   Cuando se trasladó a París asistió al taller del pintor académico Gèrôme, pero lo abandonó pronto debido a la mala relación con el maestro y comprendiendo que debía buscar otros caminos para encauzar su actividad artística. Además, en 1857 fracasó en las pruebas orales de acceso a la Escuela de Bellas Artes de París.

Odilon Redon, Sobre la capa, Álbum En el sueño, 1879

   Regresó a Burdeos y allí comenzó a realizar grabados, posiblemente influido por otro artista y amigo contemporáneo suyo, Rodolphe Bresdin, con quien había tomado contacto en 1863 y cuya obra grabada se veía cargada de libertades iconográficas y representativas. Así, el primer álbum litográfico de Odilon Redon se publicó en 1879 bajo el título En el sueño.
   Con Bresdin también profundizó en los conocimientos de botánica y biología, en los cuales ya le había iniciado su amigo el botánico Armand Clavaud. De estos dos hombres extrae Redon dos de las características básicas de su producción artística, las técnicas de estampación litográfica y al aguafuerte, a las que dedicó la mayoría de sus trabajos y una iconografía plagada de extraños insectos y de multitud de flores, uno de sus temas predilectos. Este interés por el mundo vegetal será más acusado en los últimos años de la carrera de Redon, cuando busca comunicar sus sensaciones ante cada flor. Surgirán, así, cuadros como Vaso de flores (1914) y La adormidera roja (1895).

Odilon Redon, La adormidera roja, 1895

 
Odilon Redon, Amapolas y margaritas

    Pero, volviendo a los años sesenta, es en este momento cuando empezaba ya a intererarse por convertir en imágenes lo que hallaba entre las páginas de sus libros favoritos y llegó a dedicar varios álbumes de litografías a plasmar sus interpretaciones e imágenes evocadas tras sus lecturas de obras como La tentación de san Antonio (1874) de Gustave Flaubert, publicándose tres series en 1888, 1889 y 1896.

Odilon Redon, La Muerte, Álbum Las tentaciones de San Antonio, 1888

Odilon Redon, Álbum Homenaje a Goya, 1885
   La fama de Redon comenzó a trascender en la década de 1880, sobre todo a partir de su descubrimiento por Huysmans gracias a la primera exposición individual que realizó en los locales de la revista La vie moderne. En 1883 Redon conoció a Mallarmé, estableciéndose entre ambos una gran amistad. Incluso Mallarmé realizó un gran elogio de otro de los álbumes de Redon, Homenaje a Goya, publicado en 1885. En 1884 el pintor fue designado presidente de la Sociedad de Artistas Independientes y expuso algunas obras en el primer Salón que organizaron.
   Sin embargo, fue en Bélgica y Holanda donde se produjo su consolidación definitiva debido al carácter más liberal de Bruselas con respecto a París, propiciado por los artistas y escritores vinculados a Les XX. Dicho grupo favoreció las exposiciones de Redon y le propuso ilustrar las portadas de tres libros del poeta simbolista belga Émile Verhaeren, cuyas publicaciones se realizaron en 1888, 1889 y 1891 gracias al bibliófilo y editor Edmond Deman, quien se convirtió en el distribuidor de las estampas de Redon en Bruselas.



Odilon Redon, Biombo, c. 1908

   Los años siguientes resultaron de gran importancia para la carrera artística de Odilon Redon. Por un lado, París empezó a hacerse eco de su fama y Redon expuso en 1886 junto a los Impresionistas en la octava y última exposición organizada por el grupo. También participó en una exposición de pintores grabadores celebrada en 1889 en la galería parisina de Durand-Ruel. Por otro lado, se produjo en él un cambio estilístico. Hasta ahora en su obra, basada en técnicas de estampación, la paleta se había reducido, debido a los condicionamientos propios de dichas técnicas, a toda una serie de gradaciones tonales desde los negros más oscuros a los blancos más vivos. Es en estos momentos cuando Redon incorpora el color y la luz a sus creaciones y, a partir de 1890, empieza a realizar óleos y pasteles dominados por búsquedas cromáticas intensas muy influidas por Delacroix. Iconográficamente sus obras presentan varias series temáticas como la dedicada a la cabeza con los ojos cerrados en estado de meditación, predominante en la primera mitad de la década de 1890 (Los ojos cerrados, 1890); más tarde fue la figura de Cristo la que marcó un protagonismo temático. A partir de 1900 se produjo una fase más objetiva, llegando, incluso, a decorar biombos realizados para los Gobelinos.

Odilon Redon, Los ojos cerrados, 1890

   Los reconocimientos oficiales empezaron a llegar en 1903 cuando se le impuso la Legión de Honor. En 1904 el Estado francés adquirió una de sus obras destinada al Palais du Luxembourg y el Salon d’Automne le rindió homenaje.
   Entre sus últimas obras destaca la decoración realizada en 1909 de la biblioteca de la abadía de Fontfroide, posesión de su amigo M. G. Fayet, para la que creó los paneles El día y La noche. Este tipo de actividad decorativa no suponía una novedad para Redon, ya que entre 1900 y 1903 había realizado dieciocho paneles para el comedor del castillo de Domecy en Borgoña.

Odilon Redon, Margaritas, decoración Castillo Domecy, 1901

   Dentro de las características estilísticas más destacadas de Odilon Redon está su sutil aproximación a la noción de misterio. Por otro lado, su concepción de la naturaleza, cuyos padrinos fueron Bresdin y sobre todo Clavaud, se encuentra claramente influida por su interés en los descubrimientos del materialismo científico. Surge así todo un universo simbolista plagado de máscaras, monstruos serpentinos (La muerte verde, 1905-16), cabezas seccionadas (Cabeza de mártir, 1877), femmes fatales, criaturas fantásticas con inquietantes rasgos humanoides (La araña sonriente, 1881) y nuevas versiones de la mitología clásica (El cíclope, 1895-1900; El carro solar de Apolo tirado por cuatro caballos, c. 1905; Pandora, c. 1910 y Orfeo, 1913-16).


Odilon Redon, La muerte verde, 1905-06


Odilon Redon, Cabeza de mártir, 1877


Odilon Redon, La araña sonriente, 1881

Odilon Redon, El cíclope, 1895-1900

Odilon Redon, El carro de Apolo, 1905-14


Odilon Redon, Beatrice, litografía en color, 1897

Odilon Redon, El corazón del soplón, 1883


Odilon Redon, Flor de pantano, cabeza humana triste, 1885



Odilon Redon, Perfil sobre meandros rojos, c. 1900
 
Odilon Redon, Una máscara tañe el toque de difuntos, 1882


Odilon Redon, Esfera, s.f.

Bibliografía sobre Odilon Redon
Bacou, R.  (1956), Odilon Redon, Ginebra.
Berger, K.  (1964), Odilon Redon, Colonia.
Cassou, J.  (1972), Odilon Redon, Milán.
Fegdal, C.  (1929), Odilon Redon, París.
Mellerio, A.  (1923), Odilon Redon, París.
Portela Sandoval, F. (dirección y coordinación técnicas)  (1979), “Odilon Redon” en Grandes de la pintura, Madrid, Sedmay, D.L.
Roger Marx, C.  (1925), Odilon Redon, París.
Sandstrom, S.  (1955), Le Monde imaginaire d’Odilon Redon, Lund y Nueva York.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por este fabuloso post, es un gusto aprender de una forma tan didáctica y amena

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    1. Redon es uno de mis artistas favoritas, así que me alegra que te guste su obra.
      Un abrazo, Hele

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