jueves, 3 de julio de 2014

Claustro del Monasterio de San Juan de la Peña

San Juan de la Peña es un lugar geográficamente privilegiado y artísticamente fascinante. Sin menospreciar los alardes arquitectónicos de su interior, es cuando emergemos al exterior en su claustro en el momento que se consigue el culmen de nuestro disfrute estético.
Al Románico se le ha llamado "libro pétreo", y es cierto que, gracias a sus capiteles historiados y a sus pinturas murales narrativas, los fieles cristianos podían acercarse a las verdades que el clero les pregonaba desde sus púlpitos y que, en la mayoría de los casos, les resultaban intelectualmente díficiles de comprender. Gracias a ello conocían la Historia Sagrada y se les adoctrinaba en las normas de conducta ética y moral que debían respetar y recordar.
Muchos siglos después nos siguen apasionando estas muestras de arte y el claustro de San Juan de la Peña se erige como uno de los ejemplos más notables, así que ¡disfrutemos de él!.
 







 



Pecado Original y Expulsión del Paraíso
 


Anunciación y Visitación

 

Aviso del ángel a San José

 


La pesca milagrosa



Resurrección de Lázaro


Puedes ver la galería completa en nuestra página de facebook
Claustro del Monasterio de San Juan de la Peña

martes, 4 de marzo de 2014

¿En qué piensas?


“Tiendo a imaginar que la altura es menos grandiosa que la profundidad, que nos sorprende más mirar hacia abajo, desde un precipicio, que mirar hacia arriba.”

Edmund Burke, Investigación filosófica sobre el origen de nuestras ideas de lo sublime y lo bello (1756)


Caspar David Friedrich, Caminante sobre el mar de nubes, 1818



¿En qué piensas? ¿Qué miras? ¿Qué llama tu atención?

¿Es un peñasco? ¿Una nube? ¿O tu propia alma?

      Subes la montaña, metáfora del proceso iniciático.

      El esfuerzo físico que acarrea te es extenuante. Trabas y peligros te salen al paso durante el camino. Durante la ascensión haces frente a toda una pléyade de miedos reales o inventados por tu miedo al fracaso, por tu falta de seguridad en ti mismo. El proceso catártico llega a su clímax al tiempo que coronas la cumbre.

      Vislumbras el mundo a tus pies. Te sientes liberado, purificado, limpio.

      Entonces miras hacia abajo. Y la profundidad te atrae. El abismo te llama. Quizá porque nuestra propia alma se encuentra plena de él. Somos abismo.

¿En qué piensas? ¿Qué miras? ¿Qué llama tu atención?